SINOPSIS
Cuando el médico le coge las manos para anunciarle que tiene cáncer de mama, lo primero que teme Raquel, guionista y madre soltera de un niño de cuatro años, no es perder la teta, sino su pelazo, y encima justo ahora que acaba de hacerse el alisado de queratina. A medida que asimila la noticia y arranca el tratamiento, el miedo se asienta como un fiel compañero de viaje, al que ella pone a raya a golpe de un humor descarado y sin complejos.
Raquel Haro nos ofrece una lección magistral sobre cómo recorrer uno de los trayectos más oscuros de la vida sin perder la esperanza ni el sentido del humor. Pero, sobre todo, y acaso más importante, nos enseña qué hacer cuando tu hijo te quita la peluca en medio del parque, cuando pierdes la prótesis saltando en un concierto de Rigoberta Bandini o tu nuevo ligue prefiere no verte sin sujetador.
Título: Me falta una teta
Autor: Raquel Haro
Editorial: Editorial Planeta
Fechad de publicación: 2 Febrero 2022
RESEÑA
VALORACIÓN: ⭐⭐⭐⭐⭐
“La certeza de que puedo palmar en cualquier momento no me hace vivir atemorizada, me hace vivir más intensamente”
Gracias a Editorial Planeta por el envío del ejemplar.
Raquel Haro se estrena en el mundo literario con “Me falta una teta” donde relata su experiencia tras ser diagnosticada de cáncer de mama, y lo hace con mucho humor y sin tapujos, haciendo que lo que podría ser todo un drama, se convierta en una historia divertida y llena de ternura y esperanza.
El libro engancha, y engancha mucho, porque desde el principio sientes que es una amiga que te está contando su experiencia solo a ti, con sus miedos e inseguridades ante el mazazo que ha sufrido, al tiempo que te hace recordar que la vida es muy frágil y que de un momento a otro tu vida se puede poner patas arriba, por lo que deberías aprovechar cada minuto como si fuera el último.
El diagnóstico de cáncer no hace que el mundo a su alrededor se pare, por lo que también nos hace partícipes de cómo la enfermedad afectó a su trabajo, a la relación con sus amigas y su familia, el miedo añadido de pasar por ello en plena pandemia por COVID-19, el cómo podía verse afectada la batalla judicial por la custodia de su hijo o los miedos e inseguridades que le provocaba el ligar teniendo cáncer.
Pero de todo ello, si me tuviese que quedar con algo, fue cómo afrontó el contarle su enfermedad a su hijo de 4 años, y como el verlo a través de sus ojos le hizo relativizar muchas de las cosas que en principio le parecían un mundo (reconozco que se me escapó alguna lagrimita que otra).
Tanto si has pasado o no un cáncer en primera persona, como si lo está haciendo alguien de tu entorno, “Me falta una teta” debería ser lectura obligada ya que transmite varios consejos que todos deberíamos grabarnos a fuego para evitar seguir perpetuando una serie de mensajes muy arraigados socialmente y que lo que menos hacen es ayudar a las personas que están pasando la enfermedad.
Libro de muy fácil lectura en el que a pesar de la dureza del tema, la forma de tratarlo, con mucho desparpajo y humor, hace que al terminarlo uno se sienta reconfortado y más motivado para vivir la vida al máximo.
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